Luego, a las 22:30 horas en punto (cronómetro en mano) dieron la órden de suspender la música en las casetas de los bares, y empezó la descarga rockera. El escenario imponía. Una caja negra inmensa presidida en su fondo por el cartel del libro con el nombre de todos los que han participado en esta locura. Ya teníamos ganas de hacer un concierto al aire libre y en un escenario grande, tan grande como las bandas que arropan Simpatía por el relato. Imponía porque era bello ver desde él toda la feria a tus piés, las atracciones enfrente y la noría, con una iluminación psicodélica bastante flipante, dado vueltas a toda hostia.
BLACK HORDE sonaron a metal acerado y contundente, aunque su rock no sea algo "pesado". Letras en inglés, estética norteamericana y sonidos country-rock. El nuevo batería es un "mazas" que se ha acoplado perfectamente al grupo. El Faisán desmiente eso que dice Josu en su cuento "que el bajo sea la sombra del batera" y qué decir de Tamar, un guitarrista a-lu-ci-nan-te.
Gente frente al escenario, cada vez más gente, más chupas de cuero y cazadoras vaqueras con parches. No soy bueno calculando, pero no había menos de mil quinuiestas personas. Un puntazo.
LILITH ocuparon el inmenso escenario como quién pretende anexionar un pedazo de tierra a su reino. Se trataba de conquistar Gijón, y lo consiguieron. Tardamos en disfrutar de un buen sonido (al parecer problemas con los monitores) pero la banda hizo un show espectácular, aprovechando el escenario para demostrar todo su potencial. Agnes no se "come " al público, como en los pequeños garitos rockeros en los que se encara contigo y casi puedes tocarla, pero sabe lo que tiene que hacer para meterse a la gente en el bolsillo. Lo mismo Albert a la guitarra y Rafa al bajo. Rafa "the devil", que pudo dar vueltas y vueltas por el escenario persiguiendo a un Albert deseoso de cruzar el mástil de su guitarra con el del bajo de "the devil". Joan, atras, con los palos, sosteniendo la arquitectura musical de la banda, siempre fiable. A las 00:30 horas del sábado 30 de julio, mientras los TOP iniciaban su recital, todavía sonaban aplausos en el recinto ferial despidienbdo a las bandas. En fin, que la experiencia moló bastante y que ojalá el año que viene podamos repetir.
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